Revista Primer Acto

LA MAYOR OFERTA DE EMPLEO PÚBLICO DE LA HISTORIA DEJA FUERA A LOS TÉCNICOS TEMPORALES DE LOS TEATROS NACIONALES

por Mónica Yáñez (regidora de escena), Rocío Gil (maquinista)

y Gloria de Pedro (regidora de escena, ARE y ATEN)  

Nuestros teatros nacionales han sufrido siempre el mal endémico de la temporalidad. El Centro Dramático Nacional, el Teatro de la Zarzuela, la Compañía Nacional de Danza… Todas las unidades de producción del INAEM deben recurrir constantemente a la contratación temporal de técnicos/as para hacer frente a su programación.

Al ser personal laboral del Ministerio de Cultura, las formas de acceso suelen ser el concurso-oposición o el concurso de méritos. Desgraciadamente, las plazas convocadas en las últimas décadas han salido con cuentagotas, por lo que el INAEM se ve obligado a convocar periódicamente bolsas de empleo de todas las secciones técnicas, y cuando estas se agotan (tal es el volumen de contratación), acude al SEPE en busca de profesionales del sector (lo cual no resulta fácil, pues se reduce a los inscritos en el Servicio Regional de Empleo de la Comunidad de Madrid otra cuestión a debate; si en INAEM es de ámbito nacional ¿Por qué solo se puede optar por Madrid?).

El resultado es, por un lado, que las plantillas fijas de técnicos/as de estos teatros están cada día más mermadas, pues ni siquiera se han ido cubriendo las jubilaciones y hay muchas plazas que se han amortizado. Y por otro, que existe una “plantilla paralela” eventual, formada por técnicos/as habituales, que llevan muchos años trabajando para la Administración y cumplen con los requisitos de mérito y capacidad, pero que nunca llegan a convertirse en fijos.

Ahora, cuando este año se publica la OEP y por fin se convocan un total de 57 plazas, esos técnicos/as descubren que la mayoría ni siquiera van a poder presentarse al examen porque no poseen la nueva titulación requerida: FP de grado superior (antes era bachillerato o equivalente).

No cuenta su experiencia en el sector. Tampoco los cursos que centros como el ESTAE o el CTE (que paradójicamente pertenece al INAEM y ha sido designado Centro de Referencia Nacional para el sector del Espectáculo en vivo) llevan décadas impartiendo. Ni siquiera poseer una titulación superior a la exigida en la convocatoria. O el certificado de profesionalidad.

Sencillamente, no hay opción. Quedan excluidos.

El IV Convenio Único, publicado en 2019, ajustó los requisitos formativos al Plan Bolonia y a las nuevas exigencias marcadas por Europa, y ahora se exige el FP de Grado Superior específico del puesto o, si no existiera, la cualificación profesional.

El problema es que en España no existe formación reglada específica de técnicos de las artes escénicas; las personas que querían dedicarse a ello se formaban directamente a través de la experiencia, o en las escuelas antes mencionadas, pero cuyos títulos no son oficiales.

Por eso, cuando Función Pública ha asignado qué titulación se requiere para desempeñar qué puesto, lo ha hecho “por aproximación”, y en muchos casos los contenidos formativos no se ajustan al trabajo a desempeñar. Así, a un maquinista se le pide el FP de Artista Fallero y Construcción de Escenografías (que solo se imparte en Valencia en modalidad presencial), o a un regidor el de Realización de Proyectos Audiovisuales y Espectáculos (que tiene más que ver con cine y televisión) [i]. ¿Cómo es posible que se exija un título cuando, en algunos casos, más del 70% de los contenidos no tienen nada que ver con las tareas a desempeñar?

La mayoría de los técnicos/as con cierto recorrido no posee un título de FP de Grado Superior. Y de los que lo tienen, ninguno posee esas titulaciones en concreto (algunas son de nuevo cuño). La parte social y el INAEM llevan dos años negociando una moratoria que dé margen a su personal temporal a obtener estas titulaciones. Realizar las 2000 horas de un FP requiere tiempo, sobre todo cuando hay que compaginarlo con las responsabilidades familiares y con los horarios laborales propios del espectáculo, que impiden la formación presencial [ii] Eso sin contar con que el acceso a ciclos formativos no resulta fácil [iii], y menos aún para personas con cierta edad, pues tienen preferencia para el acceso aquellas que terminaron el bachillerato en los 10 años anteriores.

La opción más viable para estos casos sería pedir el certificado de profesionalidad, que acredita la experiencia laboral. Un tema pendiente desde hace tiempo, reactivado ahora a raíz de la reciente inyección económica de Europa… pero en la práctica, la mayoría de las comunidades autónomas ni siquiera tienen formados a sus asesores y evaluadores.

Sin embargo, la publicación in extremis de la Oferta de Empleo Público (el 31 de julio prescribían las plazas de 2018) ha cerrado la puerta a cualquier vía posible.

Más de 500 técnicos entre maquinistas, utileros, eléctricos, de audiovisuales, regidores, sastres, peluqueros y maquilladores, ayudantes de producción y de oficina técnica, que llevan años trabajando en el INAEM y están más que capacitados para realizar sus funciones, no podrán presentarse al examen. Se quedan en la calle, o se ven condenados a seguir en la bolsa de empleo en el mejor e improbable caso .

Para trabajar en un escenario hay que saber estar en un escenario. No vale cualquier formación. No vale cualquier título de FP. Tal vez el Ministerio de Educación debería empezar por crear una familia profesional de Técnicos de Artes Escénicas, con programas curriculares específicos, no con contenidos compartidos con los medios audiovisuales u otras profesiones análogas. Tal vez debería acelerarse la obtención de certificados de profesionalidad a través de la experiencia, para que todos los técnicos/as de este país dejen de ser invisibles para Europa a nivel laboral.

Mientras llega el día en que la Administración pueda exigir unos requisitos que ella misma esté preparada para otorgar, Función Pública debería dar una alternativa a este colectivo para que pueda concurrir a esta OEP y a futuros procesos selectivos, ya sean a nivel estatal como autonómico y local. Cerrarles la puerta a esa gran cantidad de profesionales va en detrimento de las artes escénicas de este país y no tiene sentido.

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[i] Se han producido auténticos despropósitos a la hora de realizar los encuadramientos – decidir qué titulación se exige para cada puesto:

. Regiduría: sólo 2 módulos de los 12 (unas 200 horas) de Técnico Superior de Realización de Proyectos Audiovisuales y espectáculos son específicos de regiduría; el resto son de realización de cine, vídeo y televisión.

. Iluminación: Técnico Superior de Iluminación, Captación y Tratamiento de Imagen es nueva titulación (de 2013). Solo 4 módulos son de iluminación de cine, vídeo y televisión; el resto es de Fotografía y Vídeo.

. Ayudante de Oficina Técnica: no existe título en la FP, por lo que se admite cualquier FP de grado superior: un administrativo, un vinicultor, un técnico de transporte Marítimo y Pesca de Altura… Mensaje: no se necesita saber nada de teatro para trabajar en un teatro nacional, pero sí tener un título de FP, da igual cuál, vale el título pero no la experiencia.

. Maquinaria y Utilería: no tiene ningún módulo específico de maquinaria, y solo uno de utilería. El título de Artista Fallero y Construcción de Escenografías no está implantado a nivel nacional (solo en la Comunidad Valenciana, como es natural), por lo que también se admite cualquier FP.

[ii] Uno de los objetivos de la formación profesional (según RD. 1147/2011, de 29 de julio, por el que se establece la ordenación general de la formación profesional del sistema educativo) es posibilitar el aprendizaje a lo largo de la vida, favoreciendo la incorporación de las personas a las distintas ofertas formativas y la conciliación del aprendizaje con otras responsabilidades y actividades. Pero la estructura de la formación aún no está desarrollada para la consecución de este objetivo. Y la formación a distancia es prácticamente inexistente en el sistema público.

[iii] https://elpais.com/espana/madrid/2021-08-06/el-futuro-de-17976-aspirantes-madrilenos-para-la-fp-la-calle-o-pagarse-un-centro-privado.html