En abril de 1957 salía a la calle el primer número de Primer Acto. Ha llovido mucho desde entonces. Afortunadamente. Estamos en otro tiempo. Pero, ¿qué tiempo éste? ¿El del desencanto? ¿El del desconcierto? ¿El de seguir peleando? O ¿el de arrojar la toalla? Son muchas las preguntas. Y diversas las reflexiones, las respuestas que se cruzan en esta nueva entrega de Primer Acto.
Empezamos con Travesías, una sección que abre José Monleón y que reúne las voces de un grupo de autores, poetas y dramaturgos, que siendo distintas, coinciden en una demanda, la de continuar en la defensa de un mundo más justo y de un teatro a la altura de las circunstancias. En esta línea, está también el epígrafe No estamos solos, que sabemos lo que queremos, donde se da cuenta de la necesidad de trabajar juntos. También, nos llegan los testimonios de Colombia y Méjico, en los que el teatro se ha convertido en un espacio de contestación a la violencia, de reivindicación de sus víctimas.
En Escenarios, reunimos la crítica y el análisis de una serie de espectáculos recientes que hablan de nuestra contemporaneidad, de nuestra historia reciente, de nuestros mitos, de la soledad, de la memoria, de la infancia y, otra vez, del derecho a imaginar y a vivir en un mundo más humano (o menos insoportable).
Así llegamos en este viaje a Miedo y asco en la RFA, del alemán Dirk Laucke. Un bloque, coordinado por María Velasco y para el que hemos contado con el apoyo del Instituto Goethe. Junto al texto de Laucke, una serie de artículos –incluido el que el propio autor ha escrito para la ocasión- invitan a afrontar una realidad incómoda, la permanencia de una enfermedad no sanada, la que hace brotar nuevos (o viejos) movimientos fascistas, cercanos siempre al espíritu nacionalista, al sentimiento de supremacía que contiene siempre el miedo y el asco hacia el otro, hacia aquél que no pertenece al clan. Laucke, uno de los nuevos y sólidos autores del panorama dramatúrgico alemán, escarba “en la mugre” y lo hace en una obra formalmente compleja, cercana a una emisión radiofónica, cruzada por grabaciones y una nota al pie, en realidad, la voz del propio Laucke.
El otro texto que publicamos en este número es de nuestra compañera de redacción Itziar Pascual. Tarjeta roja, enmarcado en un proyecto del Nuevo Teatro Fronterizo, afronta la historia real de una mujer salvadoreña, Rosa Helena De De Paul. Inmigración y violencia de género podrían contar solo la tragedia. Y no. Tarjeta roja consigue, además de denunciar la dureza de las situaciones vividas, abrir una ventana a la esperanza. De nuevo, el valor de las personas, en este caso, de las mujeres.
Y sigue Primer Acto. Desde las Islas se dedica a la nueva (y no tan nueva) dramaturgia canaria surgida, sobre todo, al calor del programa Canarias Escribe Teatro (Nuevas Voces), impulsado por 2 RC Teatro desde 2009. Un camino plagado de triunfos y de dificultades que hoy recoge frutos y que queremos apoyar desde estas páginas.
Espacios para la creación se dedica a distintas iniciativas que reivindican la necesidad de la investigación y de la formación. Desde el Teatro de la Ciudad, promovido de tres de nuestros directores más consolidados, hasta el trabajo en Usera de Kubik Fabric, pasando por Escritos en la Escena que impulsa el Centro Dramático Nacional.
20 años de Teatro del Astillero. Había que hablar de este aniversario. Primer Acto estuvo en su día atento a su nacimiento, ha seguido su desarrollo, publicado numerosos textos y hoy toca soplar las velas. El propio Astillero ha construido este capítulo dentro de la revista y, junto a los testimonios de sus fundadores, nos regala una Antología precipitada, a partir de la selección de escenas escritas por todos ellos.
Los Encuentros de Teatro Iberoamericano del NTF y el Congreso ¿Es una quimera la igualdad hombres / mujeres en las artes escénicas? nos acercan al final de un número que se cierre con una serie de reseñas y el recuerdo a Andrea D’Odorico.
Gracias a todos. Los que escribís y los que leéis estas páginas. Entre todas las respuestas posibles al desencanto y al desconcierto, nosotros, con vosotros, seguimos.
Por eso, hemos querido pararnos un poco, respirar a un lado del camino. Y recordar. La memoria incómoda, aquella que nos sitúa completos en el presente, con la conciencia plena de lo vivido, por nosotros y por las generaciones que nos preceden. Que nos enfrenta a las heridas y a la historia, a las nuestras y a las de los otros. Que debe ayudarnos a entender el mundo que habitamos o, al menos, a situarnos en él. Porque hoy pensar, escribir y recordar se ha convertido en un imperativo moral, político y, sobre todo, personal.
Por eso, tras las Travesías por la memoria con la que iniciamos este Primer Acto, vuelven del exilio las voces de Max Aub y José Ricardo Morales, que, poco a poco, van encontrando su lugar en los escenarios. A ellas se suma la luz de María Zambrano, a la que rendiremos homenaje en 2016.
Por eso, el primer texto dramático Éxodo, de Julio Salvatierra a partir de una idea de Roberto Cerdá, sobre un grupo de niños que huyen de la guerra. ¿De cuál?
Y llega el VI Premio Teatral Jesús Domínguez. Y es Autos, de Paco Gámez, donde el autor se plantea qué es ser español, o mejor, dice, “¿qué es ser una persona que vive en esta tierra?, ¿nos define algo? ¿qué influencia tiene nuestro pasado reciente en lo que somos ahora? “. Escenas cruzadas, personajes circulando por muchas carreteras, en camionetas como la que lleva al poeta a su destino final, en los bajos de un camión donde aguanta como puede Amadou, en el coche que atropellará a un perro cerca de Lleida…
Otro capítulo, el que dedicamos a los contenidos de El lugar sin límites. Un ciclo, impulsado por el Teatro Pradillo y el CDN, que permite reflexionar sobre lo que ha pasado en los últimos años con el teatro experimental. Panorama en el que junto a Rodrigo García o Angélica Lidell, citados como antecedentes por los más nuevos, irrumpen con fuerza propuestas como las de El Conde Torrefiel –que nos regala una selección breve de textos inéditos junto a distintas reflexiones sobre su trabajo, las primeras, confiesan- o las de María Salgado y Fran MM Cabeza de Vaca. De María incluimos su hay, texto de Hacía un ruido, que tanto deslumbró al público del Valle Inclán.
Abrimos Escenarios con una entrevista a Nuria Espert, que vuelve al Lliure con El rey Lear –aquel que no supo medir las consecuencias de sus acciones-. Un amplio artículo sobre los últimos montajes de autores clásicos, la crítica de Reikiavik de Mayorga, la conversación con Ricardo Iniesta sobre Madre Coraje, y el estreno de El mar y las estrellas en Las Palmas completan esta sección.
Guardando memorias. Así ha querido titular Guillermo Heras -que escribe también sobre la proyección de la dramaturgia española en el exterior- el texto de la 23 Muestra de Autores contemporáneos de Alicante. Nueva edición del Festival de Cádiz, treinta años ya construyendo puentes. Frinje, hora de hacer balance. Almada, que sigue su camino, sin Joaquím Benite pero aprendiendo de su herencia. 10 años de DONESen ART. Puesta en marcha de 365 Women a year. Un encuentro en la Ciudad de El Cabo. 40 años de pelea, de CELCIT. Reseñas, el reconocimiento a Pepe Estruch, a Álvaro Custodio, las obras completas de García. Y nuestro recuerdo a Pepe Henríquez, compañero que fuera muchos años redactor jefe de esta revista; a Ana Diosdado, autora, directora, actriz y mujer de teatro de los pies a la cabeza; y a Carlos Ávarez-Novoa, tan grande en todo lo que hizo como entrañable fue para sus amigos.
Cerrando la revista, llega la noticia del Premio de Literatura Dramática a El triángulo azul. Itziar Pascual, en nombre de todos los que nos hemos alegrado de veras con este Premio, escribe a Laila Ripoll y a Mariano Llorente. Dice, entre otras cosas, “Creo que el trabajo de todos estos años de Micomicón es, además, un compromiso con la memoria incómoda. Con esa memoria de un país de claroscuro, habitado de niños ausentes y bicicletas perdidas… Con las voces de los que se quedaron en la cuneta de la Historia, en la frontera de los trastierros. En ese lugar, incómodo, donde pureza, inocencia y crueldad histórica se topan, dejando desgarros y vestidos de primera comunión sobre la nada… Tengo la esperanza puesta en una memoria que es metamórfica y que construye porvenir”.